domingo, 9 de junio de 2013

Lo fundamental y lo accesorio


El Consejero ha publicado en el Correo un articulo de opinión bajo el título: "La Salud: derecho y patrimonio"

Todas las personas, independientemente de su condición social, deben tener acceso a una asistencia sanitaria de calidad; y esa cobertura universal requiere maximizar los resultados sanitarios en favor de todos los ciudadanos». Con estas palabras abría la directora general de la OMS, Margaret Chan, la Asamblea Mundial de la Salud, celebrada el pasado mes de mayo en Ginebra.

Y, a mi juicio, es difícil condensar con tanto acierto y oportunidad dónde debe situarse hoy más que nunca el foco de atención y cuál ha de ser en este momento la prioridad absoluta de las políticas de salud pública.

En efecto, no son momentos para florituras. Son tiempos de blindar lo fundamental, y para ello no queda más remedio que renunciar a lo accesorio. Y si hablamos de salud, lo fundamental es preservar las señas de identidad de ese logro de la sociedad vasca que es Osakidetza: universalidad, solidaridad, equidad, calidad y participación. Desde la profunda convicción de que la salud es un derecho inalienable del ser humano y no una consecuencia de su cotización a la seguridad social.

Cinco conceptos. Cinco valores, para nosotros irrenunciables. Los mismos cinco principios fundacionales que explícitamente se recogen en el acta de nacimiento de Osakidetza y que, como subraya la declaración institucional aprobada el mes pasado por el Gobierno vasco con ocasión del treinta aniversario del Servicio Vasco de Salud, siguen hoy plenamente vigentes. Gracias, fundamentalmente, a los y las profesionales que lo conforman y que durante estas tres décadas han dado, día tras día, lo mejor de sí mismos.

De ahí que, a pesar de los tiempos que corren, el Gobierno que preside el lehendakari Urkullu destine uno de cada tres euros de su presupuesto precisamente a sostener nuestro sistema público de salud. Es esa decisión política la que va a posibilitar mantener en Osakidetza una plantilla de más de 32.000 trabajadores, siendo la empresa que más mujeres emplea en Euskadi. La que permite generar un 5% del empleo total de la CAPV y aportar un 3,43% del PIB. La que sitúa a Euskadi a la cabeza del Estado español en gasto per cápita dedicado a salud.

Evidentemente, se puede y se debe mejorar. Ésa es nuestra responsabilidad y nuestra obligación. Fundamentalmente, para hacer frente a un doble reto: por un lado, adecuar la estructura organizativa y asistencial para prestar una asistencia sanitaria de mayor calidad aún; y, por otro, garantizar la sostenibilidad del propio sistema.

¿Cómo? En primer lugar, debemos generar salud. Y salud es mucho más que sanidad. La cultura de la promoción y prevención de la salud debe ganar espacio frente a la cultura de la asistencia sanitaria. Vamos a trabajar decididamente en esa línea. De hecho, ésa es la espina dorsal del Plan de Salud 2013-2020 que nuestro Departamento presentará en los próximos meses.

Y, al mismo tiempo, y en estrecha conexión con lo anterior, estamos convencidos de que para que esa cultura de la salud trascienda en nuestra sociedad, es necesario, o mejor dicho, imprescindible, apostar por un trabajo transversal sobre los determinantes sociales de la salud. Trabajo con todas las instituciones cuyo ámbito de actuación incide de una u otra forma en la salud de la población: resto de departamentos e instituciones del Gobierno, diputaciones, ayuntamientos, etc… No creemos en una política de salud unidimensional, sino en la incorporación del vector de la salud a todas las políticas.

Euskadi cuenta con instrumentos como el autogobierno, el concierto económico, el modelo de financiación interna y una capacidad normativa fiscal que han permitido a los sucesivos Gobiernos de nuestro país dotar a la sociedad vasca del sistema sanitario público y de calidad del que disfrutamos; en definitiva y en palabras del ex consejero y alcalde Azkuna, «conseguimos consolidar una buena sanidad general. Sin ser extraordinarios, conseguimos una buena normalidad». Nuestro reto ahora, como sociedad vasca, es ser capaces de preservarla: es un patrimonio que debemos permitir que se mantenga para las futuras generaciones de vascos y vascas.


Tras su lectura, poco en lo que discrepar ya que su declaración de principios la comparto en su totalidad. Solamente un par de apuntes o comentarios.

Nadie en su sano juicio discutirá la pertinencia de su escrito pero en este caso en el que compartimos la visión, tal vez no esté tan claro que compartamos el cómo alcanzarla.

De los cinco valores irrenunciables, el de la calidad no se soluciona a base de decretos y normas. Se fundamenta en aspectos, unos mas tangibles y otros mas intangibles. Mantener la calidad a base de recortes es harto complicado pero mucho mas dificultoso es mantener la calidad con un personal cabreado, desmotivado y que empieza a intuir que las cosas no tienen visos de mejorar. Es un tema básico para mantener uno de sus cinco valores. No lo desprecie ni crea que lo puede gestionar de forma unilateral a base de publicar en el BOPV decreto tras decreto. Estamos a un tris de alcanzar el "status pasotil" y le puedo asegurar que recuperar al paciente tras alcanzar ese "status" es una tarea titánica. Es un claro ejemplo en el que la prevención es la mejor opción terapéutica

Y queda lo difícil. Abordar lo accesorio. Nuestro sistema tiene mucho de accesorio y usted lo sabe y lo conoce bien. Son las manzanas de la parte alta de árbol. Son esta manzanas las que diferencian una gestión de otra, una gestión con proyecto de una gestión de supervivencia y no la pelea por "unas horillas de más que hay que trabajar" (si no conoce la cita, pregunte, pregunte). Y todo lo que se optimice gestionando lo accesorio lo debería reinvertir en mejorar la calidad, en lo tangible y en lo intangible. 

De nada, para eso estamos (cumpliendo con el 5º valor: Participación)

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