domingo, 18 de noviembre de 2012

Paciente activo o mejor, proactivo. Cuando la técnica y la estética se ponen zancadillas


Os voy a contar una historia real que ha sucedido en la consulta hace unos días.

Una paciente con un asma muy moderado acude a la consulta, un día que yo no estaba, con una crisis, que a juicio del compañero que la atendió, requería en el enfoque terapéutico de una mascarilla de salbutamol. Durante su realización le quiso poner el pulsioximetro.

Hasta aquí todo normal y habitual en la consulta. El problema comienza cuando al colocarle el pulsioximetro en el dedo se aprecia que la paciente era amante de la laca de uñas de color negro azabache con lo que su uso quedaba totalmente descartado ..... a no ser que se dispusiera de un botecito de acetona para quitar el esmalte y dejar la uña en su estado natural. 

¿Contemplamos esta posibilidad y tenemos un bote de acetona junto al pulsioximetro? En nuestro caso la respuesta es NO

La paciente volvió a la consulta para controlar su proceso y como tengo con ella la confianza debida a muchos años de vernos la cara y la contracara, cuando tras auscultarla y decirla que todo estaba bien, me relató lo sucedido el día anterior en torno a su uña lacada en negro y con una sonrisa entre cómplice y jocosa me dijo:

Os (primera persona del plural) voy a hacer un regalo. Y me deja en la mesa ...





Y tras una breve explicación procedió a introducir su dedo, portador de uña lacada en negro antracita, en el recipiente y cual número de magia, la uña salió impoluta en un visto y no visto.

Mi sensación fue una mezcla de estar agradecido, admirado, pero sobre todo "descolocado". Tenía que admitir que una paciente, había valorado el problema, estudiado las soluciones y dado el paso definitivo de aportar de su bolsillo la solución al problema. Debió pensar que si era importante eso del aparatito, no era de recibo que tenga que renunciar a su gusto estético en aras a una posible crisis futura y, ni corta ni perezosa, se sumó de forma proactiva a resolver el problema.

Así que tras la correspondiente fase de customización del producto, he procedido a dejar la esponjita, impregnada en acetona con cierre hermético, junto al pulsioxímetro. Lo malo es cuando se seque la esponjita




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