sábado, 31 de marzo de 2012

Consejero: No me hurte el debate




Hace unos días nuestro Consejero publicó en su blog un post acerca de las vacunas. En el utilizó una palabras que exactamente fueron: 

Los profesionales de la salud que cuestionan la vacunación no podrán ejercer desde el sector público de forma responsable. La Administración intervendrá sobre estos profesionales. 

No concretó ni la forma ni el fondo de esa intervención. Se quedó en una desafortunada frase que induce a que surjan estos titulares.



También lanzó un mensaje a terceros para que asuman su parte alícuota de responsabilidad en el tema de las vacunas: Los colegios profesionales y asociaciones también tendrán que posicionarse.

Desconozco si alguien le corrige los textos pero en este párrafo no ha brillado en exceso

Vaya por delante que este post no quiere tratar de las vacunas aunque es el pie de mi reflexión y por tanto será inevitable incluirlas en la misma. También quiero que quede claro que soy un defensor de las vacunas en general. Y es a partir de este término desde el que quiero plantear la cuestión.

Dado que el Consejero nos anima a los demás a asumir la parte que nos corresponda en estos temas, permítame, desde el respeto mas absoluto, plantearle un reto que corresponde a sus responsabilidades y que excede a las mías.

A día de hoy, no pocas materias en los temas de la salud están sometidas a criterios, enfoques y planteamientos distintos e incluso opuestos. La verdad absoluta brilla por su ausencia en múltiples ocasiones y las distintas opciones acaban creando grupos enfrentados que como única opción de solución plantean el atrincheramiento en sus posiciones, haciendo de la defensa numantina de sus argumentos, una razón de ser, de existir y a veces de mantenerse en el “candelabro” en la peor versión narcisista del término.

Desde este (mi) púlpito, desde hace mucho, mucho tiempo, hemos reclamado una fórmula para, si no solucionar las discrepancias, al menos poder intercambiar argumentos, referencias, evidencias y persuasión a fin de que cada uno pueda concluir un razonamiento en base a un argumentario científico del tema en cuestión.

En román paladino: Reivindico el debate

Pero los debates tienen que tener sus reglas de juego.

  • Deben limitarse al tema en cuestión.

  • Deben producirse en un espacio y contexto profesional. Vamos, todo lo contrario de lo que se acostumbra en la actualidad y que es lanzar mensajes al contrario en los medios de comunicación intentando, sobre todo, convencer a terceros dándole de paso unas pataditas en la espinilla al argumentador con el que se discrepa.

  • Deben ser transparentes (palabra tan de moda, incluso con una ley específica para ello, que a veces resulta opaca), sin ocultar información y con una declaración de conflictos de interés de los que argumenten. (¡Que poco acostumbrados estamos a estas prácticas que deberían ser obligatorias!)

  • Debe sustentarse en evidencias científicas, en experiencias contrastadas y sólidas donde los indicadores respondan a cuestiones de bien común, bien social y mejora de la salud de la población. Donde las variables intermedias/subrogadas no sean las reinas de las fiestas

Recuerdo con mucho cariño el debate que se creó en torno a la gripe A en la CoP a la que pertenezco. La actualidad mandaba y la información cambiaba cada día. Se plantearon posturas muy encontradas a favor y en contra. Se plantearon los debates sin ningún tipo de censura en un entorno profesional. El resultado final queda en el poso de cada persona que asistió a los debates bien activamente o como mero lector pero sin él , yo y personas como yo, no hubiéramos tenido los suficientes elementos de juicio para tener una información de calidad y contrastada de la situación de la pandemia a nivel mundial y a nivel local. No olvide Señor Consejero que en ese debate, la versión oficial perdió por goleada y pasará a la historia como un ejemplo de como no se debe gestionar la información.

En este espacio hemos tratado mucho el tema. Recuerdo este post en el que se aportaba un razonamiento del Dr Juan Gérvas en contra de la vacuna antigripal. Todavía estoy esperando un argumento científico para rebatir  sus planteamientos. La táctica habitual suele ser el silencio. Yo personalmente no comparto sus argumentos pero no toleraría que fuera amenazado ni represaliado por plantear una postura en el plano científico, no responderle y castigarle por disentir con la línea oficial.

Otro ejemplo de una gestión poco afortunada de estos temas fue el planteamiento que su departamento hizo en relación a la vacuna antigripal entre los profesionales. Le remito a lo que escribí en su día y que curiosamente incide en muchos de los argumentos que hoy expongo.

Y este debate sólo lo puede propiciar Vd., Sr. Consejero. Un espacio virtual donde se pueda debatir de ciertas cuestiones donde lo blanco y lo negro se solapan dándole ese tono gris tan característico de la realidad cotidiana. Donde se pueda debatir de ciertas acciones asociadas a la prevención, se pueda debatir, no de las vacunas en general, pero si de algunas en particular, se pueda debatir de los SYSADOAS, o se pueda debatir de los últimos medicamentos que nos invaden de arriba abajo (nótese el símil con el Top-Down y ciertas actitudes de los especialista no primaristas: yo lo indico y tu lo prescribes)

De ese debate entre profesionales sólo puede salir cosas buenas, incluso si se mantienen las discrepancias y no se alcanza un consenso entre las partes porque al menos conseguiremos aunar en el debate toda la información disponible y partiendo de ella elaborar y construir un discurso que, insisto, incluso desde la discrepancia, se base en argumentos y no en supercherías cuando no en intereses espurios.

Un consejo no pedido, cambie las amenazas, que además difícilmente va a poder cumplir, por otras alternativas que incidan en la persuasión a través del debate y no en la imposición.

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